El campamento de Niansogoni: cuando los agricultores se hacen hoteleros.
El pasado fin de semana con un amigo y un sobrino nieto, me he regalado un poco de turismo. Hemos estado en el suroeste del país, visitando las cascadas Banfora y la cadena de rocas de Sindu. A partir de ahí, llegamos al pueblo de Niansogoni y su campamento. El sitio es fantástico. El campamento también.
Niansogoni es un pueblo "Wara". Los Wara forman un subgrupo de la etnia Senufo de aproximadamente 1,5 millones de persona, distribuidos en más de 30 subgrupos. El país Senufo, abarca tres estados: Malí, Costa de Marfil y Burkina Faso.
Niansogoni significa "entre las montañas” en senufo." El nombre Wara de pueblo "kwomu" ("10 familias"), recuerda a las diez familias que crearon el pueblo. No hace mucho tiempo, los Wara vivían en el escarpado de las rocas. Los últimos habitantes de Niansogoni en abandonar el lugar e instalarse en la llanura lo realizaron en 1980. Esto explica el buen estado de estos habitáculos trogloditas y la presencia de vestigios que nos permiten imaginar lo que era la vida cotidiana de sus habitantes: tinajas, graneros de forma ojival magníficamente decorados, utensilios diversos y herramientas (azadas, ollas, cuernos de hierro, etc.). ((Para ver más fotos o detalles pinche aquí) )
El acceso al emplazamiento y a las ruinas trogloditas lleva tres cuartos de hora de subida. Los guías, hijos del pueblo, cuyos padres habitaban en estas ruinas, estarán encantados de acompañarles.
También debo mencionar el campamento. Obviamente no es la primera vez que he sido hospedado por los campesinos. Cuando estaba en la parroquia de Kiembara en el país samo, al noroeste de Burkina, pasaba la mitad de mis noches en las aldeas, recibido por las familias campesinas. Cuando aprendía la lengua samo y después la lengua samona (dos idiomas que no son de la misma familia), pasaba meses en los pueblos, hospedado por los campesinos. Pero en el campamento de Niansogoni, es la primera vez que me alojaba en una estructura hotelera gestionada directamente por los agricultores de la aldea. Y me ha gustado, así como a mis compañeros. No estoy hablando sólo de las comodidades: una habitación redonda para cada uno (con ducha al exterior), una cama con sábanas limpias y mosquitero, una comida muy correcta, con cerveza bien fría (gracias a un refrigerador solar), un desayuno con pan y mermelada de mango... y todo ello por 10 euros por persona.
Cors ou trompettes traditionnelles, en fer.Greniers waras, au village, dans la plaine.Pero lo que más me ha gustado, es que los turistas no han estropeado el pueblo (¡no lo han echado a perder!, como dicen aquí). Ningún niño se nos acercó para pedir un regalo o un bolígrafo, o incluso caramelos, como a menudo ocurre en los lugares turísticos. Traté de comprender cómo esto ha sido posible.
Me dirigí a Richard, quien tuvo la idea de organizar el campamento: "Fue en 2002 que pensamos construir un campamento para acoger a los turistas que cada vez eran más numerosos, especialmente en enero y febrero. Desde el principio, hemos querido que sea un asunto de todo el pueblo. Es por eso que hemos creado una asociación de solidaridad para el desarrollo de Niansogoni. Nuestros mayores participan. Ninguna decisión importante se toma sin su consentimiento. De modo que, en 2002, construimos las cuatro primeras habitaciones redondas, las duchas y las letrinas.
Le dije que estaba sorprendido, pero feliz, al constatar que ningún niño hubiese venido para pedir un regalo o dulces. Él respondió: "Desde el principio hasta hoy, explicamos a los turistas que dando regalos a los niños, iban a "estropearlos". He visitado el país Dogón, y no quiero que los turistas transformen a nuestros hijos en mendigos. A veces les digo: ¿Por qué? Porque ustedes, que son más ricos que yo, darán a mis propios hijos más de lo que yo les puedo dar. Hay pueblos en donde los turistas han corrompido de tal manera a los niños, que algunos ya no van a la escuela. Es también por esta razón que hemos creado nuestra asociación. Si quieren ayudar a nuestros hijos, que ayuden a nuestra asociación con sus donativos y podremos proporcionarles el material escolar necesario. Los turistas comprenden este lenguaje. Algunos incluso han creado una asociación en su propio país, para apoyar a nuestro pueblo a través de nuestra asociación. Gracias a ellos, nuestra escuela cuenta con seis clases, en vez de las tres anteriores. »
Hoy día, muchos jóvenes han recibido una formación de guías y de acompañantes. En relación con las agencias de turismo presentes en Burkina, pueden acompañar a grupos de 4 a 9 personas para excursiones a pié de una o dos semanas.
He aquí una iniciativa campesina que, creo yo, merece ser conocida.
Kudugu, 9 de julio 2011
Maurice Oudet
Presidente del SEDELAN