Del 4 al 6 de septiembre 2002 tendrá lugar en la ciudad de Montpellier, Francia, el Foro europeo sobre la Cooperación al Desarrollo Rural. Este encuentro está organizado por la Comisión Europea. Inter-Redes nos ha solicitado para compartir nuestra experiencia. Para esta ocasión, hemos redactado el documento siguiente.


Yo abordaré aquí solamente el caso de la pobreza rural. Mi reflexión está basada sobre una experiencia de cerca de treinta años en medio de las poblaciones rurales de Burkina Faso. He vivido 15 años en el Noroeste del país, en Kiembara, en medio de los campesinos sin recursos. He pasado igualmente 4 años en Boni, cerca de Hunde, en zona algodonera. En la actualidad estoy en Kudugu. No estoy por tanto más “en el pueblo” pero continúo acompañando esas mismas poblaciones por medio del SEDELAN (Servicio de Edición en Lenguas Nacionales) – B.P. 332 – Kudugu).

1. Algunas experiencias :

  • Llegué a Kiembara en mayo de 1974. En aquella época, esta región cultivaba con abundancia el sésamo y que era comercializado por los O.R.D. (organizaciones estatales para el desarrollo rural). Era la principal fuente monetaria de la región con la ganadería. Sin embargo, en dos años, (de 1976 a 1978), he visto que el precio de compra del sésamo a los agricultores dividido por tres. La tina de sésamo (alrededor de los 20 litros) pasó de 1.800 F = 2,9 € a 600 F = 0,91 €. El resultado no se hizo esperar. Los agricultores dejaron de cultivar el sésamo, produciendo solamente la cantidad necesaria para sus propias necesidades. Y, se acentuó, la emigración a Costa de Marfil. He encuestado hasta en Bruselas para conocer y saber las razones de esta caída brutal. No se trataba entonces del mercado mundial. Probablemente fue un exportador del lugar quien hizo defección.

    Algunos años más tarde, en el período del presidente Sankara, se dijo a los agricultores burkineses: “Cultivad sésamo”. Fui a Uagadugú, a la Caja de Estabilización de Precios para preguntarles: “¿A qué precio se va a comprar el sésamo a los agricultores? Nadie pudo darme una respuesta. Les respondí: “¡Está bien…pero de mi parte, yo diré a los agricultores que no cultiven el sésamo!”. Y los agricultores no volvieron al cultivo del sésamo.

    Ha hecho falta la devaluación de 1994 para que el cultivo del sésamo vuelva de nuevo en Burkina Faso. El año 1998 fue el más favorable para los campesinos. Llegaron a vender la cosecha del sésamo a más de 5000 F = 7,64 € la tina. Al año siguiente, no fue necesario organizar talleres de discusión para elaborar une nueva estrategia para luchar contra la pobreza. Hubo un verdadero entusiasmo para el cultivo del sésamo. Solamente, los exportadores burkineses lo aprovecharon para poner en pié un cártel. Se reunieron en Nuna (al Noroeste del país), y fijaron su precio de compra máximo a 3500 F = 5,34 € la tina. Teniendo en cuenta los intermediarios, el precio de compra a los productores bajó a 2500 F = 3,81 € incluso 2000 F = 2,1 € la tina…y el entusiasmo desapareció.

    Hoy en día la SOPRAFA (Sociedad para la Promoción de las Redes Agrícolas – Grupo Aiglon + 25 % del capital poseído por el Estado burkinés) se lanza en la promoción del sésamo…pero sin garantizar el precio de compra a los productores.

  • Algunos años más tarde, siempre en Kiembara, hemos vivido un año de sequía, seguido de un año de hambruna. En el mes de septiembre, en el momento más duro del año, en un pueblo cercano a Kiembara, un campesino se fue al mercado de un pueblo vecino para intentar vender una cabra (para de seguido comprar mijo con el precio de la cabra). Pero, todos los campesinos de la región encontrándose en la misma situación que él, el ganado era abundante. Llegó la noche, no solamente no había vendido la cabra sino que nadie le había preguntado por su precio. De vuelta a casa, la degolló y la preparó para dar de comer a su familia. Terminada la comida, preguntó a su mujer y a sus hijos si habían comido bien esta noche. Todos respondieron: “Muy bien”. Después desapareció. A media noche, su mujer inquieta de no verlo, se fue en su busca. Ella lo encontró ahorcado.

    Algunos años después de este drama, Europa (por medio del FED) financió un proyecto de apoyo al desarrollo de la ganadería en el Suru y en la región de Uahiguya. Era a finales de los años 80 o a principios de los años 90. De esta manera, el pueblo de Kiembara obtuvo un “puesto veterinario” con un frigorífico. Pero por casualidad, el veterinario estaba siempre ausente. Hay que decir en su descargo que este proyecto no interesaba mucho a los campesinos/ganaderos del lugar. En efecto, al mismo tiempo Europa se deshacía de su carne (los famosos CAPA) a precios irrisorios a través del puerto de Abijan. El ganado no se compraba más. Hizo falta la devaluación de enero 94 para que la ganadería volviese arrancar de nuevo en Burkina.

  • En estos últimos años, muchos esfuerzos han sido desplegados para desarrollar el cultivo del arroz, con resultados moderados. El arroz integral no está bien remunerado. Es por eso que la cooperativa de Banzon ha perdido cerca del 20 % de sus miembros (de 927 a 750). ¿Por qué el arroz integral se vende tan difícilmente? Id a preguntar a los tailandeses y otros exportadores de arroz: todo el arroz que se encuentra en el mercado mundial está subvencionado. Además ciertas ONG americanas del lugar se deshacen de los excedentes subvencionados (contabilizados en la ayuda USA a los PVD). ¿Cómo una ONG puede dar salida (vender a bajo precio) por 1,5 mil millones de FCFA de arroz para su propio funcionamiento, y pretender que ello no repercute en el mercado nacional burkinés? Se ha creado una nueva palabra para describir esta práctica (otras ONG americanas - europeas - hacen lo mismo): eso se llama “¡hacer de la monetización!”. Hasta ahora, yo no he oído jamás decir a un campesino - cuando vende su cosecha – “¡yo hago de la monetización!”.

  • En el mes de marzo y en el mes de abril 2001, he pasado por Boni (zona algodonera). Me he parado para charlar con algunos campesinos del lugar y preguntarles sobre las perspectivas de la próxima cosecha, y en particular, si pensaban hacer mucho algodón. Me respondieron: “Este año, las mujeres mismas empujan a sus maridos a cultivar el algodón y están dispuestas a ayudarles”. Una de las explicaciones: la última cosecha fue buena. Algunos han podido construir una casa en duro, otros se han comprado una motocicleta. “¡Todas quieren que sus maridos hagan lo mismo!”. Y como este año, el precio de compra del algodón ha sido aumentado, el Burkina ha hecho una cosecha record de alrededor de 400.000 toneladas de algodón grano…pero un algodón que no valía gran cosa en el mercado mundial. El estado burkinés a pedido un préstamo de 40 mil millones de FCFA (655 FCFA=1€) suplementarios al Banco Mundial, la SOFITEX ha bajado de categoría un máximo de algodón… y este año el precio anunciado del kilo de algodón grano ha pasado de 200 F = 0,36 € a 175 F = 0,26 €. El otro día, los campesinos de Boni me han dicho que continúan cultivando el algodón, pero menos (mucho menos?) que el año pasado.

2. ¿Qué estrategia?:¡ofrecer precios remuneradores a los productores!

Todo el resto toma sentido si esta condición se realiza.

1) Esto quiere decir que hace falta parar la ayuda a una categoría de campesinos (los del norte, de la OCDE, particularmente los europeos, pero también los americanos) en detrimento de los otros campesinos del mundo. Es de esta manera que un campesino de Boni resumía con acierto un diálogo sobre la situación del mercado mundial del algodón:
"“Hay que decir a los americanos y a los europeos que estamos todos en un mismo mundo, que somos hermanos y que tenemos necesidad los unos de los otros. Que no organicen su trabajo (alusión a las subvenciones a los productores de algodón, pero que valga también para todos los otros productos) como si estuviesen solos en un otro mundo aparte. Su manera de hacer no es buena ya que nos impiden que, nosotros, avancemos. Que busquen una solución para que todos juntos, ellos y nosotros, podamos avanzar” (ver « La mundialización vista del lado de los productores de algodón africano » ).
Por tanto, hay que eliminar las subvenciones a la exportación..

2) Hace falta garantizar una cierta renta a los productores deteniendo la entrada de todos los productos de base (arroz, trigo, azúcar) a precios artificiales (porque son ampliamente subvencionados). Mientras estos productos permanezcan ampliamente subvencionados (las subvenciones a la agricultura pudiendo ser consideradas como el arma de los ricos), es imperativo para los países pobres proteger su agricultura gravando a la importación (la sola arma que disponen los pobres) los productos de base que entran en competición con los productos locales (el trigo incluido, pues, compite cada vez más los cereales locales). La agricultura no puede ser considerada como una simple actividad comercial : y mirándola de más cerca, aparece claramente que la protección a la importación es el apoyo agrícola el menos proteccionista.

Parémonos de invertir, como estos últimos años en la elaboración y la promoción común de nuevos instrumentos para la lucha contra la pobreza y aceptemos esta evidencia : los campesinos del sur no son tan diferentes que los del norte. Ellos están dispuestos a redoblar sus esfuerzos, y por tanto a disminuir con rapidez la pobreza, si lo producen les procura una verdadera remuneración.

Que los hombres políticos des sur lo tengan en cuenta y que elaboren una verdadera política agrícola en ese sentido.

Que los países del norte acepten también de tener en cuenta los países del sur cuando preparan una reforma del PAC.

Maurice Oudet
Web máster

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