Un agricultor vivía en medio de sus campos.
Una cierta mañana, el hombre se va, como de costumbre, en busca de termitas para la crianza de sus aves de corral. La mujer enciende el fuego y se pone a hacer la cocina. Ahora bien, en su campo, vivía una familia de genios. Viendo el humo, el anciano genio, envió, al benjamín de sus hijos, a buscar fuego.
Cuando éste llega y pide fuego, la mujer le dice : « Espera, cuando llegue mi marido, te voy a cortar el pelo ».
El pequeño genio se sienta. Pasado un cierto tiempo, el anciano que estaba inquieto, envía al mayor para ver a su hermano. Lo encuentra sentado y le dice : « Kunkelen, el viejo te ha envíado a buscar fuego y tú estás sentado ».
El pequeño le responde : « Es, esta mujer habladora, quien quiere cortarme el pelo ».
El hermano mayor repite : « Ella va, también, a cortarme el pelo ».
Y se sienta. Poco después, el anciano, siempre inquieto, envía a su tercer hijo que los encuentra sentados, uno al lado del otro. ; Pregunta al hermano menor : « Kunkelen, el viejo te ha envíado a buscar fuego y tú estás sentado ».
El pequeño le responde : « Es, esta mujer habladora, quien quiere cortarme el pelo ».
El hermano mayor repite : « Ella va, también, a cortarme el pelo ». Y se siente al lado de los otros.
Así, pues, el cuarto, el quinto hasta el noveno van a buscar fuego , y por último, es el anciano mismo, quien va a ver lo que pasa. « Kunkelen, te ha envíado a buscar fuego y tú estás sentado ».
El benjamín le responde : « Es, esta mujer habladora, quien quiere cortarme el pelo ».
El anciano repite : « Ella va, también, a cortarme el pelo ».Y se sienta al lado de sus hijos.
Rodeada de genios, la mujer no sabe qué hacer. Busca una solución. Su marido está ausente y, élla sóla, ¿qué puede hacer ? No puede cocinar ni hacer nada. Un rato más tarde, llega su marido y ve su casa llena de genios. Lleno de miedo, ni se acerca tan siquiera, permanece a distancia y pregunta a su mujer : « ¿Mujer, por qué los genios están aquí ? »
La mujer le responde : « Es, el más pequeño, quien vino a buscar fuego, le pedí que se sentase, diciéndole que, a tu vuelta, iba a coger la navaja para cortarle el pelo. Así, pues, todos éllos han venido llegando uno a uno, diciendo : ¡Has venido a sentarte, has venido a sentarte! »
El marido arroja el cuchillo que tenía en su bolsillo, deja las termitas y se escapa. Una vez ido, la mujer busca un medio para escaparse. Se levanta, dice que se va a recoger leña muerta, se aleja poco a poco y desaparece, huyendo, a su vez, para encontrase con su marido. Los genios se dan cuenta de que los propietarios del campo han huído, cogen todo lo que el matrimonio poseía : ovejas, cabras, gallinas, pintadas o gallinas de Guinea. Las matan y se las comen.
Desde ese día, cuando una persona pide un terreno, le jefe de tierra exige una oveja, o una cabra, o una gallina, o una pintada para ofrecerla a los genios.
Es, ésta mujer, quien lo ha provocado : acostumbrar a los genios a comer carne.