Una cucaracha fué a cosechar la miel de sus colmenas. Su camino pasaba cerca de la casa de la gallina. La gallina que estaba delante de la puerta de la casa, le preguntó : « ¿A donde vas? »
¡Voy a cosechar la miel de mis colmenas!. ¿Quieres acompañarme? »
Se van juntos. El camino pasa delante de la puerta del gato. Viéndoles, el gato les pregunta : « Gallina, ¿a donde vais? »
Los tres se van juntos. El camino pasa delante de la casa del perro, que les sigue, así mismo, ocurre con la hiena que se les añade. Todos éllos, la cucaracha, la gallina, el gato, el perro, la hiena, marchan juntos. Cuando pasan delante de la puerta del león, éste, les sigue.
Una vez extraído la miel, le encargan a la cucaracha que lleve la tinaja, bien llena, de miel. En el camino de regreso, la cucaracha marcha con dificultad, debido al peso de la tinaja. El león pregunta : « ¿Quién es el que va delante y que nos está retardando? »
La gallina le responde : « Es la cucaracha! ».
« ¿Qué estás esperando para deshacerte de élla? »
La gallina, de un picotazo, la traga y se carga con la tinaja de miel.
La gallina llevaba un ritmo más ligero que el de la cucaracha, pero el león hace su pregunta y la gallina es comida por el gato, que a su vez, se carga con la tinaja de miel. Su marcha era mucho más ligera que el de la cucaracha y que la del gato, pero, el león no estaba satisfecho y volvió a hacer su pregunta. El perro le dijo que era el gato quien bloqueaba la marcha. « Pero, ¿tú, qué esperas? »
El perro, con rapidez, se come al gato, coge la carga y se pone en marcha, rápidamente, como si corriese.
El león dice : « ¿Quién ha tomado la cabeza, marchando demasiado aprisa para los viejos? »
La hiena le responde : « Es el perro con sus largas patas ».
« Y, ¿tú que esperas? » Nada más oir estas palabras, el perro arroja la tinaja de miel y toma las de villadiego perseguido por la hiena. Va tan de prisa que no puede entrar por la puerta grande. Intenta deslizarse entre dos casas y consigue pasar su cabeza, pero su trasero, no pudiendo pasar, permanece atrapado por los dos muros. La hiena llega al lugar, lo vé, pero no sabiendo de que era el perro, le pregunta : « Trasero rojo, ¿no has visto un perro por aquí? »
Y, ''trasero rojo'' le responde : « Empújame, entraré y te lo diré ». La hiena, le empuja, con toda sus fuerzas, consiguiendo que el trasero rojo pasase entre los dos muros. Una vez liberado, el perro se puso a aullar : « ¡Wouuu! » Ya era demasido tarde para que la hiena lo atrapase, además tiene mucho miedo de « dos pies » y no se atreve a perseguirlo. La hiena quiere hacerse la astuta, se va un poco más lejos y dice : « ¡Perro, amigo mío, ven a comprar tortas! ¡Ven a comprar tortas! El perro le responde : « ¡No tengo dinero, no tengo dinero! »
« ¡ Ven a comprarlas a crédito, Ven a compralas a crédito! »
« ¡Yo no voy allí! ¡Yo no voy allí! »
Cuando ''dos pies'' oyó el grito de la hiena y de su amigo el perro, sale para cazarla y la persigue en la selva.
Pero la hiena no ha olvidado al perro. Viene a merodear el lugar y, a falta de perro, se lleva una oveja o una cabra y, muy raramente, atrapa el pequeño dos pies (el niño).
A partir de ese día, la cucaracha jamás ha soñado con la miel; prefiere quedarse en los lugares oscuros, pero, el problema, entre el perro y la hiena, continúa.