Existía un país subdesarrollado desde su nacimiento. Las agencias de desarrollo se acercaron al Profeta que estaba de paso y le preguntaron : « Maestro, queremos saber si es por causa de una tara hereditaria de la cultura local, o más bien por causa de falta de voluntad, por causa de la pereza, o por causa del retraso técnico que este país es subdesarrollado ? ».
El Profeta respondió : « No se trata de una tara hereditaria, ni tampoco de falta de voluntad, ni de pereza, ni de retraso técnico. El verdadero problema, está, más bien, en el orden internacional que está fundado sobre la injusticia y que mantiene este país en el subdesarrollo, hasta tal punto, que la población no tiene fé en élla misma ».
Una vez terminado su discurso, le Profeta dió la orden de que se repartiese en los barrios y en los pueblos, lápices, cuadernos, tiza, tableros, así como candiles con un poco de petróleo. Y después dijo a sus habitantes :
« Reuniros, observar la realidad en la que vivís, analizar el por qué de esta situación, sus causas profundas, y organizaros »
El pueblo se reunió, observó la realidad que en la que vivía, analizó las causas de esta situación, y se organizó. Y el pueblo recuperó su dignidad, la fé en sí mismo.
Sus países vecinos se quedaron asombrados, y aquellos que hasta ahora habían sabido sacar provecho de sus relaciones económicas que mantenían con ese pueblo – ya que existían materias primas que estaban explotadas por sus multinacionales – decían : « ¿Este es aquel país que estaba si sumiso a nuestros intereses ? ».
Los unos decían : Sí señor, es el mismo »
Otros decían : « No, no es el mismo ; pues está manipulado por fuerzas extranjeras que se han infiltrado en su interior ».
El país no dejaba de afirmar : « Claro que sí, que soy yo mismo »
Y le respondían : « Pero bueno, ¿de donde te viene esta dignidad ? »
Les repondía : « El hombre que le llaman el Profeta dió la orden de que se repartiese en los barrios y en los pueblos, lápices, cuadernos, tiza, tableros, así como candiles con un poco de petróleo ». Puis il a dit aux gens : Y después dijo a sus habitantes : « Reuniros, observar la realidad en la que vivís, analizar el por qué de esta situación, sus causas profundas, y organizaros »
Siguiendo su consejo, el pueblo se reunió, observó la realidad que en la que vivía, analizó las causas de esta situación, y se organizó. Y el pueblo recuperó su dignidad, su fé en sí mismo.
Y le dijeron : « ¿Donde está ese hombre ? »
Les respondió : « No lo sé »
A este país, que había sido un país sumiso, lo llevaron ante la Cumbre de los Siete países más industrializados del mundo. Ahora bien, el Profeta había hablado en plena crisis económica mundial, y es cuando el país había recuperado su dignidad. Los Siete le hicieron las mismas preguntas para saber cómo había adquirido una dignidad semejante. Les respondió : « El profeta nos dijo de reunirnos, de observar la realidad en la que vivimos, de analizar el por qué de esta situación, sus causas profundas, y de organizarnos. De esta manera, el pueblo ha recuperado su dignidad »
Algunos de los Siete países más industrializados del mundo decían : « Este que se dice profeta no tiene en consideración las reglas del mercado internacional, y con su actitud, nos va hundir todavía más en la recesión. Viola los principios de la democracia. Es un subversivo, un terrorista ».
Sin embargo otros decían : « ¿Cómo un terrorista puede transmitir la alegría de vivir a todo un pueblo ? »
Les respondió : « Lleva la Buena Nueva a los pobres. Es un enviado de Dios ».
El caso fué estudiado por los países de Cristiandad. Se negaban a creer que fuese el mismo país, sin manupulaciones exteriores, que, en otro tiempo, había sido dócil, y que actualmente había recuperado su dignidad. Así pues, convocaron los jefes tradicionales, y les preguntaron : « ¿Este pueblo, es el pueblo de antaño , que era un pueblo sumiso y humillado, o más bien, es un pueblo en el que se han infiltrado elementos extranjeros y que está bajo el poder de una potencia extranjera ?. ¿Si no es así, cómo se puede explicar, hoy en día, su rebeldía ? »
Los jefes tradicionales respondieron : « Nosostros sabemos que es nuestro pueblo, que era sumiso y humillado. Pero, no sabemos cómo ha recobrado su dignidad. Interrogazle, es lo suficientemente adulto para explicarse por sí mismo sobre lo acontecido. ».
Los jefes tradicionales hablaban de esta manera, ya que éllos mismos tenían miedo de que fuesen señalados como terroristas. Los países de Cristiandad, pues, requerieron de nuevo, por segunda vez, al país que había sido sumiso, y le dijeron : « Nosostros sabemos que ese pseudo-profeta es un subversivo ateo ».
El respondió : « Si es un subversivo ateo, no lo sé. Lo que sé es lo siguiente : yo era defetista, despreciaba a los míos, y tenía una mentalidad de asistido ; hoy, yo creo en mi cultura, en mi dignidad nacional" »
Le dijeron : « ¿Qué te ha hecho ? ¿Cómo ha podido darte esperanza y dignidad ? »
Les respondió : « Ya os lo he dicho, y no me habeis escuchado. ¿Por qué ? »