Las bolsas de plástico en Burkina Faso « ¡Vaya faena! »
Desde hace algunos meses existe una expresión muy utilizada para indicar laaprobación,. la expresión: “correcto”. Cuando me enteré que el gobierno de Malí había aprobado (el 30 de marzo del 2011) un proyecto de ley prohibiendo las bolsas de plástico en Malí, me dije: « ¡Correcto! » Y, en Burkina Faso ¿qué?
no podemos decir”: ¡Correcto!”, sino más bien “¡Vaya faena!” expresión que señala la desaprobación. Para convencerse de ello no es necesario ir muy lejos. Sólo tengo que echar un vistazo a los arbustos espinosos que rodean nuestro patio para darme cuenta de lo grave de la situación. Los habitantes de la ciudad tienen el desagradable inconveniente de vivir en un lugar cada día más sucio, pero, a pocos kilómetros de aquí, la situación se ha vuelto peligrosa e incluso mortal para los animales en busca de un escaso pasto.
El proyecto de ley de gobierno maliense es muy ambicioso. El comunicado del Consejo de ministros del Malí habla de un “proyecto de ley que prohíbe la producción, importación, comercialización, posesión y utilización de granulados y bolsas de plástico en República del Malí.”
Aquí, en Burkina, los sacos de plástico no parecen molestar a nuestros ministros. Sin embargo, si se preocupasen de nuestra salud y del futuro de nuestros hijos, creo que podrían comenzar con una decisión bien sencilla. No tenemos petróleo, pero tenemos algodón que no sabemos transformar. Digo que “no tenemos petróleo”, porque la producción de estas bolsas de plástico se fabrican con derivados del petróleo (aunque también consume agua, energía y emite gases con efecto invernadero, responsables del calentamiento climático). Sin embargo, tenemos algodón. ¿Por qué no hacer una ley que reduzca el uso de las bolsas de plástico? Esa ley podría contener tres elementos:
1. Una campaña en la radio y televisión nacionales que mostrasen los males causados por las bolsas de plástico e invitasen a su abandono.
2. La ley obligaría a todos los comerciantes a vender “bolsas de compras” hechas con algodón. Las bolsas de plástico se venderían a 10 F CFA.
3. Estas dos medidas irían precedidas por la creación de una estructura industrial capaz de fabricar diversos modelos de bolsas de algodón a precios asequibles.
Esa ley no bastaría para eliminar totalmente las bolsas de plástico que contaminan nuestras ciudades y aldeas, pero tendría un impacto positivo significativo. El día que semejante ley se pruebe diremos, por fin, con alegría:
“¡Correcto!”
Kudugu, 19 de noviembre 2011
Maurice Oudet
Presidente del SEDELAN