El cultivo del algodón en Burkina es menos contaminante que en los Estados Unidos, la calidad es mejor, y los costes de producción son más pequeños. El algodón hace vivir a dos millones de burquinabé, y 16 millones de productores africanos. Pero las 25.000 explotaciones agrícolas americanas inundan el mercado mundial. Gracias a los subsidios o subvenciones, se rompen los precios. El algodón africano está amenazado de desaparección, y sus millones de productores peligran de que caigan en la miseria.
Es tiempo de que cambien las reglas de juego, y de prohibir la exportación del producto agrícola por debajo del precio de coste de producción.