Dos jóvenes doncellas querían irse a un pueblo vecino. La hermana menor quería ir con éllas, pero, su hermana mayor directa, se opuso diciendo que, élla era demasiado pequeña y que el lugar estaba lejos, además que no podría andar hasta ese pueblo. La chiquilla decía que sí podía llegar, pero, su hermana mayor le dijo que no.
Acompañadas de otras jóvenes salen para ese pueblo, pero la pequeña las sigue a escondidas. Ya muy lejos, una de éllas, se da cuenta de que, la pequeña, las sigue y avisa a las demás. Su hermana mayor le ordena de que vuelva a casa, pues de lo contrario, le va a pegar. Sus compañeras la suplican de que la deje venir, pues, su casa está lejos y, una de éllas, la coge de la mano.
No habían llegado todavía a su destino que se hizo de noche. Vieron humo y, la de más edad dijo : « Vayamos a pedir asilo para esta noche y mañana continuaremos. » Cuando llegan a la casa de donde salía el humo, se encuentran con una anciana. Presentan su deseo de poder pasar la noche en su casa y la anciana, contentísima, les acoge, pero, tenía si intención.
A media noche, la anciana se levanta y comienza a afilar su cuchillo para matarlas, pues, era una vieja bruja. Es, entonces, cuando la chiquilla, que no dormía, dice :
«Mujer anciana; ¿qué estas haciendo? »
La anciana dice : « Tú, ¿por qué no duermes ? »
La chiquilla le dice : « ¡Yo no duermo así como así ! »
La anciana le pregunta : « ¿Qué te daban para que pudieses dormir ? »
« ¡Me daban maíz tostado que había sido sembrado la misma noche, lo como y me duermo ! »
La vieja bruja sembró maiz, creció, dió fruto. Cogió una mazorca, la tostó para dársela. La chiquilla comió el maíz tostado y fingió dormir. La bruja se levantó de nuevo y recomenzó a afilar su cuchillo.
La pequeña intervino de nuevo diciendo : « Madre, ¿qué lo que estás haciendo ? »
La anciana dijo : « Tú, chiquilla, ¿qué te daban tus padres para hacerte dormir ? »
« Mis padres, para hacerme dormir, me daban galletas hechas con la harina de guisantes que crecen en la tierra, sembrados la misma noche, » dice la chiquilla. La anciana hace en seguida lo que la chiquilla ha pedido. Come las galletas y finge de nuevo que está dormida.
Ne nuevo, la anciana se levanta y comienza el trabajo interrumpido, y la chiquilla le dice : « Madre, ¿por qué nos dejas dormir a los huéspedes ? ¿Qué esta haciendo ? »
« ¿Qué puedo darte, dice la anciana, para que duermas ? »
« Para que duerma, me sacaban agua del río, con un colador, la bebo y duermo »
Sus hermanas mayores, no se habían dado cuenta de nada, hasta el momento, en que va a despertarlas y se escapan a toda prisa. Encuentran en el camino, un árbol de uva salvage, cuyos frutos estaban maduros. Querían comerse las uvas, pero, la chiquilla les decía de seguir adelante. Como tenían mucha hambre, no pudieron resistir y se subieron árbol para comerse los frutos.
La anciana, mientras tanto, se esforzaba por traer el agua, pero la perdía en el camino. Iba y venía al río, sin resultado, hasta al amanecer. Salió el sol, se enfadó y volvió a casa que la encontró vacía. Siguió sus huellas y las encontró subidas al árbol. Llevaba consigo, su cuchillo de bruja. Lanza su cuchillo en la dirección de la de más edad diciendo : « Don, don, don leré, haz que baje esta chica para mí ».
La chica cae muerta. La coge y la deja de lado y dice, lo mismo, a la siguiente, hasta que todas caen por tierra muertas. Es la vez de la chiquilla testaruda. Cuando la bruja lanza su cuchillo hacia élla y dice : Don, don, don leré, haz bajar esta chiquilla », ésta cambia rápidamente de rama. Ocurre lo mismo muchas veces, hasta que, la anciana se cansa y decide subirse al árbol, para que, empujándola, caiga por tierra. Una vez arriba, la chiquilla salta por tierra, coge su cuchillo y dice : « Don, don, don leré, haz que baje esta vieja para mí » y la vieja cae por tierra muerta. La chiquilla coge el cuchillo y dice : « Don, don, don, leré, resucita esta joven amada » y la joven se levanta con vida. La chiquilla hizo, lo mismo, para todas la demás, menos por su hermana mayor. Todas las compañeras suplicaron a la chiquilla para resucitase a su hermana mayor. Es, por lo que se dice, que no se debe expulsar a un niño que quiere seguirte allá a donde tu vas, pues, no sabes lo que te puede proporcionar.