En un pequeño pueblo, vivía un cabrito, que no prestaba atención alguna a los consejos de su madre. Un día, toma el camino de la selva. Su madre le dice : « Hijo, no vayas lejos, pues, en la selva se encuentra el león, la pantera, la hiena. Pero, se hizo el sordo y continuó su paseo : avanza, avanza, avanza hasta adentrarse en la selva sin darse cuenta, cuando de golpe, se encuentra frente a frente con la hiena.
Se pone a cantar : « Mi madre me ha dicho de que no vaya a la selva, mi padre me ha dicho de que no vaya a la selva. ¡el león!, el león está en la selva, ¡la pantera!, la pantera está en la selva, ¡la hiena!, la hiena está en la selva ».
La hiena vuelve, le persigue y le alcanza y el cabrito canta de nuevo. La hiena retoma su baile y baila iendo hacia atrás. El cabrito hace lo mismo, baila hacia atrás. El cabrito se apresura para irse a su casa.
La misma escena ocurre varias veces seguidas.
« Mi madre me ha dicho de que no vaya a la selva, mi padre me ha dicho de que no vaya ala selva. ¡el león!, el león está en la selva, ¡la pantera!, la pantera está en la selva, ¡la hiena!, la hiena está en la selva ».
« Hiii, pequeño cabrito, no me hagas reir de esta manera » La hiena retrocede mientras sigue cantando.
El pequeño cabrito aumenta su velocidad y cuando la hiena vuelve, el cabrito atravesaba el umbral de su casa. La hiena consigue, sin embargo, cortarle la cola.
Desde ese día, la cola del macho cabrío no puede espantar a las moscas ni, tampoco, tapar su trasero