Antiguamente, los hombres y las mujeres no vivían juntos, no se conocían ni se relacionaban. Cuando las mujeres sorprendían un hombre en donde éllas, lo mataban.
Dios había ubicado dos lugares : las mujeres vivían solas en un lugar, y los hombres vivían solos en un otro lugar.
Dios quería ver quién sería el primero a perder coraje y irse a donde el otro.
Un hombre, a pesar de todos sus esfuerzos, no llegó a contenerse y imaginó un estratagema para reunirse con las mujeres. Buscó miel del que lleno un pequeño jarro.. Caída la noche, se fué al lugar de la mujeres, tocó la aldaba. Una mujer preguntó, “¿quién es?”. Él respondió, “¡soy yo!”. La mujer le preguntó de nuevo, “¿qué buscas esperando ahí?”. “¿Qué quieres?”. El hombre respondió : “¡Os he traído algo!”. Éllas dijeron : “¿Qué es?”. Él les contó que tenía jugo de verga de hombre que es muy suculento, y lo dió a las mujeres.
Una mujer metió su dedo en la miel y lo probó. Vió que era muy bueno, y lo dió a las otras mujeres. Todas probaron la miel y vieron que la cosa era muy buena. Se lo distribuyeron entre éllas y lo consumieron enteramente, todo. Se lavaron las manos, se limpiaron la boca y le devolvieron la jarra.
El hombre volvió a su casa. Espero un cierto tiempo y volvió de nuevo con la miel. Las mujeres que lo habían probado y gustado no le expulsaron. Cogieron la jarra de miel y la consumieron. La miel, una vez consumida, preguntaron al hombre : “¿Si, solamente, el jugo de la verga es tan bueno, qué será si fuese la verga, élla misma?.El hombre les reveló que si éllas obtuvieran la verga misma, verían que es más suculenta que su jugo. Las mujeres le acceptaron en su cuarto. El hombre se arregló para preñar una de éllas.
Dios vió que una de éllas estaba encinta y no sabía cómo éllo había podido ser. Quiso saber quién , de los hombres o de las mujeres había ido el primero a donde el otro. En el espacio existente entre las dos habitaciones, esparció ceniza. Al amanecer, Dios vió que eran los pasos del hombre que se dirigían hacia el lugar de la mujeres y que volvían de la mujeres para regresar a la de los hombres.
Entonces Dios dijo : “¡Así pues, siendo así, de ahora en adelante, es el hombre quién irá el primero a donde la mujer para hablar con élla antes de traerla a su casa.
Por esta causa que la mujer no habla la primera con el hombre. Es el hombre quién busca la mujer. Además, es con miel que se hace la petición de mano. El noviazgo es la miel.
Así se acaba este mito.