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La joven doncella y el león |
Cuento escuchado junto a mi padre Sanon Joseph e los años 1950, En una noche de luna llena.
Traducido el 7/08/2000 Abbé Joanny Sanon
Érase una vez, Una joven doncella que se llamaba Warimangan.
Sus padres la mandaban a guardar los campos.
Sus campos estaban lejos del pueblo, en un lugar en donde había muchos animales salvajes.
El león se dió cuenta que Warimangan, todos días, venía élla sola a guardar los campos. Entonces decidió comérsela.
Un día que Warimangan estaba en el campo, cerca de la choza, preparndo su comida, el león, el rey de la selva, se acerca a élla y le saluda en estos términos : “Warimangan
i ni kòngo!”
Warimangan le respondió cantando:
Warimangan ni kòngo!” ¡Warimangan, buenos días!
Warmangan jembe in kòngo!” ¡Warimangan,tambor jembe, buenos días!
Ne fa tun y’a fò ne ye Mi padre me había dicho
Ko na jara faga ne ye que mataría un león para mí
Jara kameleba faga ne ye un león muy galante para mí
K’o jeme kunba la ne kun y con su piel, hacer un tambor
O lòn, o lòn,o lòn be bi ye (bis) ése día es hoy
El león al escuchar este canto, cogió miedo y se marchó muy lejos.
Al día siguiente, el mismo león vuelve de nuevo con la intención de comerse Warimangan.
El rey de la selva se planta delante de la joven doncella y le saluda en estos términos:
“Warimangan i ni kòngo!” ¡Warimangan, buenos días!
Warimangan le respondió cantando:
Warimangan ni kòngo!” ¡Warimangan, buenos días!
Warmangan jembe in kòngo!” ¡Warimangan,tambor jembe, buenos días!
Ne fa tun y’a fò ne ye Mi padre me había dicho
Ko na jara faga ne ye que mataría un león para mí
Jara kameleba faga ne ye un león muy galante para mí
K’o jeme kunba la ne kun y con su piel, hacer un tambor
O lòn, o lòn,o lòn be bi ye (bis) ése día es hoy
El león al escuchar este canto, cogió miedo y se marchó muy lejos.
Todos los días, las cosas se suceden de la misma manera y la joven doncella no se atreve a decirlo a su padre. Un día se decide a decirlo a su padre.
“Padre, cada vez que voy al campo, un león viene a provocarme para comerme, yo le canto, diciéndole que mi padre le va a matar, entonces coge miedo y se marcha.
El padre respondió a su hija : “No te apures, mañana, iremos juntos al campo y ese viejo león, yo lo voy a matar. Si viene a saludarte, no te tomes la molestia de responderle.
Ala mañana siguiente,los dos se fueron al campo.
Sin tardanza, el viejo león llegó y saludó como de costumbre, pero, Warimangan no respondió. El león se acercó de la choza vociferando : Warimangan ni kòngo!.Warimangan, buenos días. Silencio. El león estaba ya muy cerca de la joven doncella, y su padre viendo el furor del viejo león, tuvo miedo, y dice a su hija Warimangan de que responda como de costumbre.
Warimangan respondió al león como de costumbre cantando:
Warimangan ni kòngo!” ¡Warimangan, buenos días!
Warmangan jembe in kòngo!” ¡Warimangan,tambor jembe, buenos días!
Ne fa tun y’a fò ne ye Mi padre me había dicho
Ko na jara faga ne ye que mataría un león para mí
Jara kameleba faga ne ye un león muy galante para mí
K’o jeme kunba la ne kun y con su piel, hacer un tambor
O lòn, o lòn,o lòn be bi ye (bis) ése día es hoy
El león al escuchar este canto, cogió miedo y se marchó muy lejos.
Al atardecer, Warmanagan y su padre vuelven a casa. El padre cuenta a su mujer lo que ha visto. “En verdad, este león es peligroso, no se puede ni mirar su cara.” La madre de Marimangan dice : “está bien, yo misma iré a ver ese viejo león.”
A la mañana siguiente, Warmangan se va con su madre. Está armada de una lanza. Llegaron a los campos. Ese día, el viejo león tenía prisa de verles llegar. El león, el rey de la selva y del bosque, llegó majestuosament y saludo : “Warimangan ni kòngo! ¡Warimangan, buenos días! Silencio. No hay respuesta. “Warimangan ni kòngo! ¡Warimangan, buenos días! Silencio. De un salto, el león se puso muy cerca de la joven doncella . “Warimangan ni kòngo! ¡Warimangan, buenos días! Silencio. En el momento en el que el viejo león quería abatirse sobre la joven doncella, Su madre le plantó su lanza en el corazón, y el viejo león se murió. La madre cortó la cola del león para llevarsela al pueblo como prueba de su acción.
Al atardecer, Warmangan y su madre vueleven a casa. Dios descendió del cielo y despojó la punta de lanza de la mujer, dejándola con un simple bastón, diciendo: “No es bueno que la mujer sea tan valiente, y más audaciosa que el hombre. Por tanto, yo le quito el arma de hierro, dejándole un simple palo.”
Es por éso que la mujer bobo tiene solamente un simple palo como apoyo, mientras que el hombre tiene un palo con una punta de hierro.
Aquí termina esta historia sobre el origen de la valentía de la mujer.
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