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Cuentos gwen . Sra Justine Hema : Niangoloko

14. El príncipe

 

Un señor rico vivía en un pueblo que tenía un hijo único. Un día, el joven príncipe se pasaba arriba y abajo por el pueblo. De vuelta, encuentra a tres niños que jugaban, cada uno, con un animal : un pequeño buitre, un pequeño perro y un pequeño gato. El joben príncipe les dice : « Por qué maltratais estos animalitos de esta manera ? » « ¡Dejazlos ! »

Los niños responden : « Porque somos pequeños, ¿qué nos dices éso ? »

El príncipe les dice : « ¡Os voy a comprarlos ! »

Los niños aceptan la propuesta. El príncipe les dá un puñado de oro a cada uno, coge los animales y llega a su casa. Su madre quiere echarle fuera con sus animales pero el padre, el rey, se opone a su mujer diciéndo : « ¡No hay expulsar nunca a un niño que viene con algo de su paseo ! »

Después de un cierto tiempo, el padre muere y el pequeño se queda con los animales y con su madre. Pasan algunos años, el oro y el dinero que el rey les había dajado, se acaba y, es el sufrimiento, que llega a sus puertas, nadie se les acerca ni les consideran. El príncipe, para poder dar de comer a su madre y a los animales, fabrica un tiragomas. Todas las mañanas, se va al campo para matar pájaros : uno para el gato, uno para el perro, uno para el buitre uno para su madre, y el quinto para él mismo. Si mata cuatro, dá uno a cada animal y, el cuarto, lo divide, entre él y su madre. El día en que el reparto es imposible : él y su madre se acuestan sin comer. Todos los días, oye las quejas de su madre.

Un día, el príncipe no coge nada, ha tenido un mal día, ni un solo pájaro. Se sienta y mira a sus pequeños animales, no sabiendo lo que hacer ni, en donde, encontrar comida para darles de comer. Ese día, el pequeño buitre dice a sus companeros : «  Hoy, nuestro tutor, tiene el corazón triste, pues, no tiene nada para darnos, pero yo voy a ayudarle. » Se va a decir al príncipe : «  Hoy, voy a ayudarte, te voy a llevar a mi casa, a mi pueblo ». El principe está de acuerdo y advierte a su madre que le dice : « ¡Yo no tengo nada que ver con tus inútiles paseos ! ».

El pequeño buitre le dice : « ¡Cierra los ojos ! ». Y, cuando el príncipe los abre, se vé un sitio desconocido, en medio de muchos buitres que le acogen como a un rey. Le saludan y se retiran todos, dejándole

con su pequeño buitre que le dice : « Mi padre y mi madre van a venir a saludarte y a pedirte lo que deseas ». « ¡Ten cuidado en lo que pides ; no pidas oro ni dinero, pero, dí a mi padre, que quieres lo que tiene en su dedo y, a mi madre, de que sople en tu oreja ! ».

El príncipe le dice : « ¡Ya lo he entendido ! ». Y, así ocurre. Recibe lo que ha pedido : un anillo mágico. Bastaba decirle lo que deseabas para ser escuchado. Con este anillo, el joven príncipe, volvió a ser rico y, su fama, se extendido por todos los sitios. Es entonces, que, el portavoz del rey, por medio de su mujer, le traiciona.

Un día, el portavoz dijo a su rey : « Voy a ver lo que pasa y en donde, ese joven, ha acquirido esa riqueza. » Se va y entra en el patio de su casa para alabarle, pero, estaba ausente. Su mujer le recibió, señalando que su marido estaba ausente. El portavoz le dijo que, no era digna de ser la mujer de un hombre tan importante y la convenció para que le diese el anillo mágico de su marido. El portavoz retornó a donde su rey y le enseño el anilllo. El le dijo : « ¿Es todo lo que me has podido traer ? » ¿Qué es lo que el anillo puede hacer ? »

El portavoz dijo : « Ya verás lo que éllo puede hacer ! » Pidió oro al anillo y la casa se cubrió de oro. El rey cogió el anillo y pidió que trajesen al príncipe y a su mujer, pero el príncipe bien atado. Es lo que hicieron. El rey guardó su mujer y al príncipe, con sus esclavos, pero siempre bien atado. Pero su mujer intervino para que fuese desatado y para que fuese libre.

La madre, el perro y el gato se quedaron solos y una vez más en la miseria. El portavoz, su rey y las gentes de su pueblo, pasaban el tiempo en festejos. El rey mandó construir una casa de varios pisos para él y para la mujer del príncipe. El anillo fué colgado al techo en lo alto de su cama.

Un día el gato dice al perro : « Si pudieses ayudarme a cruzar el río, iría en ayuda de nuestro tutor. » (Existía un río entre los dos pueblos)

« Si es para cruzar el río, no existe ningun problema. »

Llegan al borde del río, el perro dit al gato : « ¡Agárrate a mi espalda, yo haré que tú cruces el río. ! »

El gato se sube a su espalda y se meten en el agua. Llegados a la otra orilla, el gato le dice : « Ya sabes, perro, que no eres estimado por los humanos, permanece a cierta distancia y me esperas. Cuando me veas llegar a toda prisa, éstate listo para la vuelta, pues, estará el anillo conmigo. »

El perro se quedó a la sombra de un árbol, a la entrada del pueblo mientras que el gato se marchaba, sólo. Entra en el patio, se cuela en medio de la gente, que era numerosa, ya que estaban de fiesta, sube al piso y se sienta al lado de la mujer.

El rey pregunta : « ¿De donde viene ese gato ? »

La mujer dice : « Seguramente que es el olor de los ratones que ha hecho que venga por aquí, y como son tan numerosos… »

El rey, la mujer y sus más allegados parientes estaban juntos. Bebían, comían, se reían, por todas partes, existía un ambiente de fiesta. De golpe, viendo un ratón, el gato le habla en su lenguaje y le pide que le haga bajar el anillo. El ratón sabe que con el gato, no hay tonterías que hacer. Se apodera del anillo y lo deposita, a toda prisa a los pies de su rey, el gato. Una vez que el anillo fué dado, el ratón se escapa a su agujero y el gato, a su vez se escapa, en dirección de su compañero perro. El perro viéndole llegar a toda velocidad, está listo para emprender la vuelta.El gato se sube encima de la espaldas del perro, pies para que os quiero, se van como una flecha. Un gran desorden reinaba en la casa del rey. « Cogez al gato, se ha comido al ratón con el anillo. »

Todos se ponen a perseguirlos. Los que saben utilizar el arco y las flechas , lo utilizan, pero en vano. No pudieron hacer nada, porque la fiesta, les pesaba demasiado

Después de haber dado el esquinazo a sus perseguidores, el gato pide al anillo que su tutor se encuentre en casa a su llegada. Y así ocurre.

Estando ya cerca de la otra orilla, el perro se para y dice : « ¿Qué vas a decir en cuanto llegues a casa ? ¿ Qué eres tú quien ha ido a recuperar el anillo ? ».

El gato dice : « Amigo, qué quieres decir con éllo ?

El perro le dice : « ¡Dame el anillo ! »

Sin mediar palabra, le da el anillo y continúan la traversía. Sólo a unos pasos de la orilla, el perro es mordido por un pez barbudo y, queriendo chillar, abre la boca y deja caer el anillo en el agua. Llegados a la orilla, el perro dice al gato que el anillo se ha caído al agua. El gato, sin poder hacer nada, le dice : « Todo es por tu culpa ; ¿qué vamos a decir ahora ? ¿Habremos sufrido sufrido por nada ? »

Continúan su camino. Llegan a casa y explican sus desaventuras al príncipe y a la anciana que les felicitan.

El príncipe les dice : » Vamos, hoy vamos a vaciar el río ». En camino hacia el río, coge un anzuelo. El príncipe en cuanto llega, dice : « Pequeño buitre, te compré, te alimenté, me diste un anillo, pero, se cayó al río. Si me diste el anillo de buen corazón, haz que lo repesque, si es un cocodrilo o un pez quien lo ha tragado, que lo halle en él. Hechado el anzuelo al agua, cogen un pez barbudo. El príncipe le abre las tripas, recupera su anillo y hecha el pez al agua diciéndo a sus amigos : « ¡Comeremos algo mejor que la carne de este pez barbudo ! ». La alegría ha vuelto a su casa. El príncipe pide a su anillo que ate a todos las personas del rey y que las traiga, y así fué.

Desde entonces, el perro y el gato viven con los humanos.

No es bueno tener envidia de los bienes del prójimo

 

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