abc Burkina n° 83

¿Cómo luchar contra la pobreza ?

La actualidad me lleva a retomar de nuevo el tema del número 82 y añadir algo más

Los países del Sur, bajo la impulsión del Banco Mundial, han organizado numerosos talleres y seminarios para establecer su Marco Estratégico de Lucha Contra la Pobreza. En su tiempo, dijimos lo que pensábamos de estos talleres. Ver, en nuestra página :

¿ Qué estrategia adoptar para luchar contra la pobreza ?

La FAO, en su informe del 2003 sobre la inseguridad alimentecia en el mundo, indica que el número de personas que sufren del hambre está de nuevo en aumento. Una vez más, las probabilidades de realizar el objetivo fijado por la cumbre mundial de la alimentación, de reducir a la mitad, el número de personas que sufren del hambre, de aquí al 2015, se aleja.

Actualmente, el Banco Mundial organiza en Shangai, del 25 al 27 de mayo 2004, con la colaboración del Gobierno chino, una conferencia internacional, que se inscribe en la perspectiva de los Objetivos del Milenario para el Desarrollo (OMD) y en la línea de los esfuerzos de la comunidad internacional en favor de la reducción de la pobreza.

¿ Pero, en verdad, tenemos necesidad de estas conferencias internacionales ?

¿No es, más bien, la necesidad de una voluntad política real para que las cosas cambien ?

La situación es clara. El filósofo francés, Voltaire, ya lo había dicho en su tiempo : « la buena política consiste en hacer morir de hambre a aquellos que, labrando su tierra, hacen vivir los demás. » (Voltaire, filósofo francés – 1694 – 1778). Aparentemente, es, siempre la misma situación, la que prevalece. La mayor parte de los pobres de nuestro planeta viven en medio rural. Es fácil hacer la siguiente constatación : los que hacen las leyes viven en la ciudad. Además, los regímenes políticos, temen más a las poblaciones urbanas que a las poblaciones rurales. No es extraño, por tanto que las leyes sean más favorables a los urbanos. Se hace todo lo necesario para alimentar las poblaciones urbanas con el menos coste financiero. Con riesgo, demasiado frecuente, de condenar las poblaciones rurales a la miseria.

Sin embargo, bastaría con pagar los productos agrícolas a su justo precio, para sacar las poblaciones rurales de la miseria. Cuando por una razón o por otra, los países pueden vender sus productos a un precio remunerador, éllo, no sólo les permite salir por un momento de la pobreza, sino que, además, les alienta a producir más. Podría ser, una buena ocasión, para romper el círculo vicioso que engendra la pobreza, si el sistema mundial fuese capaz de mantener este precio remunerador.

Paradoja en el país del chocolate, es el título de la crónica de Jean-Pierre Boris, 12 abril 2004 en RFI

Costa de Marfil, primer productor mundial, confirma el buen nivel de su cosecha de cacao. « A pesar de los temores del otoño, las exportaciones son ligeramente superiores a las del año pasado.

La inestabilidad política, los disturbios, las barreras y la extorsión en las carreteras, habían hecho temer una disminución de la cosecha. Pero era olvidar el impacto de los precios pagados el año pasado. En lo más fuerte de los disturbios de Costa de Marfil, la inquietud de los compradores, hizo que los precios explotasen. Toda la red había beneficiado de ésta subida. Los agricultores han podido financiar la compra de abonos químicos y cuidar sus plantaciones. Tanto más que los plantadores han aguantado el tirón. « Cuál sea su origen, burquinabé o de etnia local », dice un observador, « estos agricultores han desmostrado saber resistir a toda prueba. En cuanto tienen unas semanas de respiro, se animan y retoman su trabajo. » Resultando incluso que, la cosecha intermedia misma, que llega en este momento al mercado, es más bella que de costumbre. Pero la situación política siendo la que es, imposible de almacenar, de intentar hacer subir los precios. Entonces, los agricultores lo venden y no caro, a menos de un medio euro, el kilo de habas de cacao ».

Y el círculo vicioso que engendra la pobreza se cierra sobre los plantadores de Costa de Marfil.

Es bastante difícil el control de los precios agrícolas en el mercado mundial. Por tanto, un primer paso decisivo de la comunidad internacional, en su alarde de lucha contra la pobreza, podría ser éste : el reconocimiento del derecho de los pueblos a producir sus alimentos de base. Y, en consequencia, el reconocimeinto del derecho, para un país o unión de países, de proteger su alimentación y su agricultura por medio de tasas a la importación. Entonces, se hace posible, para este país, que pueda establecer una política agrícola sobre los precios del mercado (no del mercado mundial sino del mercado interno). Los agricultores producirán más, aumentarán sus ingresos y retrocerá la dependencia alimenticia.

¿Cuándo será que la comunidad internacional, y, en particular el Banco Mundial, tendrá la valentía de reconocer que el sistema actual no funciona para los pobres, sobre todo, para los agricultores de los países pobres y, que ya es hora, de salir de este círculo vicioso que engendra la pobreza en las regiones rurales ?

Maurice Oudet,
Kudugu 20 abril 2004

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